jueves, 4 de diciembre de 2014

Domingo

Yo creo firmemente que el domingo es un tópico literario, y como tal debería estar reconocido tanto o más que el carpe diem o el ubi sunt. Es que las "abandonadas tardes de domingo" nos han inspirado a todos, y evocan un sentimiento en común. Recopilé bastante material que apoya mi hipótesis, disfrútenlo.

https://www.youtube.com/watch?v=BdkD1sBUPEA
https://www.youtube.com/watch?v=8k-eX3rF8xM
https://www.poeticous.com/roque-dalton-garcia/el-cinico?locale=es

domingo, 23 de noviembre de 2014

Bodas de oro

La Claudia se acostó con mi marido. Y tiene cara para decírmelo ahora. Y no sólo se acostaron una vez no no no. Tuvieron un hijo, niño que yo crié como mío. Pensaba en mi inocencia que su padre era un hombre cualquiera, no mi marido, no mi marido. El descaro es tan grande, dolor, dolor, dolor.
Ella tiene la culpa de todo, yegua. Las hermanas, Claudia, no hacen eso. Él no tiene culpa, él no tiene mucho que ver.
Mis lágrimas están tan saladas como la vez anterior, y la anterior, que supe de otro de los hijos de mi marido. Pero ni siquiera el resignarme está en mis manos. Dolor, dolor, nada.
-¿Te sirvo once viejo?

lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Hilitos de plata o lanitas color rojo italiano?

Cuando hablan de que toda la gente está conectada, yo siempre imaginé lanitas de color rojo italiano, uniéndonos, enredadas. El otro día un cantante dijo que el imaginaba hilitos de plata, deben ser muy fínos y estar muy tensos, a diferencia de mis lanitas. De cualquier manera, siempre me ha interesado la forma en que nuestras historias se entrelazas. Cuando vas en una micro, o caminas por la calle, cuánta gente está ahí al mismo tiempo y en el mismo lugar, y se dirigen a lugares muy distintos y siguen con sus vidas. Pero en ese momento, ese pequeño instante, estuvimos todos juntos. Otras historias se entrelazan de manera mucho más compleja. Una palabra, una nota musical, en la misma hora y lugar, y nos entrelazamos en una historia. Es que nuestra lanita nunca se cortó, sólo se enredó, viajó a otro hemisferio, pero siempre vibró, a una frecuencia distinta, y ahora nos juntó a terminar, a continuar una historia. Existen encuentros tan intrascendentes, y otros que dejan una verdadera huella, yo creo que existe belleza en notar cómo es que estos hilitos están entrelazados, estas lanitas están enredadas.

lunes, 20 de octubre de 2014

Irreal

Este fin de semana, hicieron una de las cosas más lindas por mí, me escribió lindo y me lo leyó en público, frente a un montón de desconocido. "Hoy por primera vez le haré el amor a mi querida" dijo, y yo morí un poco. Quiero compartir esas palabras lindísimas que me regaló, con ustedes, también quiero que queden en el ciber espacio en caso de que a mi papelito le pase algo. Bueno, decía más o menos así, porque en vivo y en directo cambió unos detallitos.

Irreal, así es el carácter de nuestro ensueño juntos, sonido a mar, a túneles solares, piano, a velas blancas sobre un tren, el más lento del mundo.
Un sueño tangible, irreal de lo espacial, real de lo medular, moldeable, indefinido, diferente, real, real, inicialmente nocturno, con arena entre los dientes como azúcar en yogur.

Besos.

Pelo de vodka de frutilla, no importa que sea un champú de frambuesa más barato. Besos musicales.

Me evoca una silla en medio de la calle, un algodón de azúcar salvaje, que me aprete fuerte a sus colorantes, intenso beso. Mi lengua debe pedirle permiso a esos dientes guardianes para entrar en su boca y abrir sistema solar entre nuestros besos, planetas, estrellas, que se mueven de boca en boca. La aspereza de su lengua es como besar un helado de pasas al ron. Después del helado un sabor a zapallo.

Después del cigarro un sabor a eternidad, que se mantiene en mi boca. Juego con su pelo, me acaricia las palabras nuestros besos son conversaciones y nuestros abrazos son la realidad, nuestro único enemigo es el tiempo.

Un viaje distinto en el que cada vez se aprende algo nuevo.

Mirar el mar desde la biblioteca, besarnos entre los estantes de la sección novelesca.

Fumar, tomar vino o un café juntos. Partidas de damas con el Carlos y el Horst, la Vale de vez en cuando.

Gritar desde los miradores ¡Perra culiá! Meternos al mar una noche helada.

RE: Tensión

Respirar hondo, abrazar a alguien, siempre ayuda, pero no soluciona.
Convérsalo, desahógate, cuéntale a tus amigos. Cuando tienes un problema atrapado en el pecho, se siente inmenso y terrible. Aplasta. Cuando lo cuentas, le das forma con tu boca. Tu voz, moldea los límites de tus inquetudes y es ahí cuando te das cuenta, que no era ni tan inmenso, ni tan terrible.

martes, 14 de octubre de 2014

Tensión

¿Han sentido una tensión que los paraliza? Es como que tu corazón estuviera envuelto en miles de coles. O que te tragaste una pena tan tan grande, que quedó atrapada en tu esófago. Tal vez es una bomba de ansiedad, que explotó en mi pecho comprimiéndolo todo, sin dejarme espacio para respirar ni para sentir. Algunas veces, cuando la alegría es grande, se me olvida, cuando el cariño me invade y siento esas cosquillitas agradables, también se me olvida. A veces, me olvido de mí y se me olvida. Al abrazarte lo suficientemente fuerte, se me pasa, por eso te abrazo tan fuerte, por eso te gustan mis nervios. Pero el resto del día me toca vivir con mi tensión. Con esa sensación inexplicable de algo no está bien. Ojalá los sentimiento se pudieran vomitar, como cuando mi ignorancia me da ganas de vomitar. Podríamos tener un solucionador de problemas de windows, para ahorrarnos todas las citas al psicólogo, aunque probablemente, funcionaría igual de pésimo que ese solucionador de problemas que jamás me arregla el internet. Finalmente, esto es sólo una larga explicación de por qué no escribí una entrada decente, es la tensión, amiguitos de blogspot, la que no me dejó escribirles algo bonito.

martes, 7 de octubre de 2014

Del cielo 1

"Ángel de la guarda, dulce compañía,  no me desampares ni de noche ni de día, Dios bendiga a mami, Dios bendiga a papi, que me hagan una niña buena, amén". Una noche, cada noche, todas las noches.
 No sé si había cielo, probablemente, blanco, quizá hasta estaba la virgencita grande que estaba en esa pieza grande.
Luego, cuando era chica, los adventistas me hablaron del cielo. Hacían estos diarios murales suavecitos, de no sé qué tela, donde colocas las figuras con alfileres. Alguna vez uno fue del cielo. Me dijeron que el cielo era de oro, casas de oro, calles de oro.  Que nadie se lo robaba, obvio, los ladrones no se van al cielo. ¿Para qué quieres oro en el cielo?¿Para qué?. Yo siempre pensé, a mí me gusta más la plata, es más bonita. Pero nunca me pareció apropiado plantearle la idea a un adventista.
 Se supone que todos están en el cielo, salvo quizás el tipo de la casa patronal que hizo pacto con el diablo. Raro, algo no calza, no todo el mundo se puede ir al cielo.
 Si hay infierno o no, depende, los adventistas decían que no. No había cielo o infierno sino que vida o muerte. No debes mencionarle eso a mi abuelita, católica conservadora.
 El tema siempre se reniega, se evita, para efectos prácticos, todo el mundo te mira desde el cielo, o en su defecto, es una especie de energía mística.
 Ahora que soy adulto joven, toda la gente me habla desde su prisma agnóstico. "No sé si hay algo", "energías en vibración", son palabras comunes. Yo pienso que es tibio, cómodo, tal vez. Nadie se preocupa por esas cosas ahora.
 Lo más crudo fue cuando él me dijo que no creía que hubiera nada. Muerte simplemente, implacable, igualitaria. Un vacío terrible, no creer en nada. Qué valiente y triste, pensé.
 Para mí, como chilena, nieta de católicos, nieta de mormones, criada en colegio adventista, ha sido un tema siempre patente en mi vida, pero nunca tratado, como buen dogma, siempre está ahí, no para ser cuestionado, sólo siendo parte. Es quizás por esta  mezcla que surgen en mi cabeza estos temas.
 La gente se sorprende de que yo siendo tan poco católica haga cosas tan cristianas. Sigo orando cada noche, todas las noches, aunque con los años la oración se volvió personal, distinta. Hace algunas noches la oración había sido distante, dubitativa. Ahora volvió, tal vez, se quede.
Para finalizar, yo no sé si creo, ¿creo?¿creo por fe?¿por costumbre?¿por comodidad?¿porque es correcto?¿porque quiero creer? lo que sé es que no es un tema que quiera dejar pasar.
 Te veo en el cielo corazón.

jueves, 2 de octubre de 2014

El cigarrito

Te sujeto entre mis dedos, con ansiedad.
Te toco con mis labios, apenas. 
Te beso, te enciendes de pasión.
Un romance de cinco minutos.
Compartimos el mismo aire.
Contigo veo un mundo distinto.
Tú te vas por completo y un pedacito de mí se va contigo.
Nuestro amor siempre tuvo hora de término.
Aún te siento dentro de mí.
De ti sólo quedan las cenizas, y el recuerdo.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Instrucciones para ahogar las penas en alcohol

  Previamente, es necesario tener una pena, un vacío en el corazón, un abismo cruel en el pecho, que es fuente de dolor.
  Lo más importante para ahogar las penas, es el alcohol propiamente tal. Lo hay de distintos colores, grados, sabores, encerrados en distintas formas. Para estos menesteres cualquiera estará bien, pero no olvidemos que los mariscos se maridan con vino blanco y las carnes rojas con un buen tinto. 
  Depende de lo que se escogió en el punto anterior son los "accesorios" que se necesitarán. Siempre ayudará un buen vaso o una taza, una copa para una opción elegante. Si se eligió cerveza o vino es suficiente, pero si optamos por el pisco, el ron o el vodka necesitamos bebida y hielo, la bebida es a gusto del consumidor.
  Para abrir la botella del ansiado alcohol debemos colocar los dedos índice y pulgar sobre la tapa de la botella, preferentemente usar la mano hábil y sujetar la botella con la mano que está libre, girar suavemente, pero con decisión, la tapa en sentido antihorario. Cuidadosamente deslizar el elíxir del olvido a nuestro vaso o taza y agregar los "accesorios" al gusto. Ese gusto dependerá de la pena y el pesar en el corazón que se experimente.
  Luego, continuamos con el acto de tomar. Sujetamos el recipiente con la mano derecha, levantamos el brazo, "empinar el codo", al tiempo que se debe abrir la boca y acomodar los labios. Si se desea al mismo tiempo se pueden cerrar los ojos. Un sonido característico y un movimiento involuntario de la garganta indicarán que completamos el acto.
  Si la melancolía es grande, se puede omitir la parte del vaso y tomar directamente de la botella. Si se quiere ahogar la pena, ignorar el sabor, recuerde que una mueca está permitida.
 Dejar el recipiente. repetir el proceso hasta que la tristeza se aplaque, el dolor en el pecho se adormezca y la mente se pierda en una nube de alcohol.