lunes, 20 de octubre de 2014

Irreal

Este fin de semana, hicieron una de las cosas más lindas por mí, me escribió lindo y me lo leyó en público, frente a un montón de desconocido. "Hoy por primera vez le haré el amor a mi querida" dijo, y yo morí un poco. Quiero compartir esas palabras lindísimas que me regaló, con ustedes, también quiero que queden en el ciber espacio en caso de que a mi papelito le pase algo. Bueno, decía más o menos así, porque en vivo y en directo cambió unos detallitos.

Irreal, así es el carácter de nuestro ensueño juntos, sonido a mar, a túneles solares, piano, a velas blancas sobre un tren, el más lento del mundo.
Un sueño tangible, irreal de lo espacial, real de lo medular, moldeable, indefinido, diferente, real, real, inicialmente nocturno, con arena entre los dientes como azúcar en yogur.

Besos.

Pelo de vodka de frutilla, no importa que sea un champú de frambuesa más barato. Besos musicales.

Me evoca una silla en medio de la calle, un algodón de azúcar salvaje, que me aprete fuerte a sus colorantes, intenso beso. Mi lengua debe pedirle permiso a esos dientes guardianes para entrar en su boca y abrir sistema solar entre nuestros besos, planetas, estrellas, que se mueven de boca en boca. La aspereza de su lengua es como besar un helado de pasas al ron. Después del helado un sabor a zapallo.

Después del cigarro un sabor a eternidad, que se mantiene en mi boca. Juego con su pelo, me acaricia las palabras nuestros besos son conversaciones y nuestros abrazos son la realidad, nuestro único enemigo es el tiempo.

Un viaje distinto en el que cada vez se aprende algo nuevo.

Mirar el mar desde la biblioteca, besarnos entre los estantes de la sección novelesca.

Fumar, tomar vino o un café juntos. Partidas de damas con el Carlos y el Horst, la Vale de vez en cuando.

Gritar desde los miradores ¡Perra culiá! Meternos al mar una noche helada.

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