Este fin de semana, hicieron una de las cosas más lindas por mí, me escribió lindo y me lo leyó en público, frente a un montón de desconocido. "Hoy por primera vez le haré el amor a mi querida" dijo, y yo morí un poco. Quiero compartir esas palabras lindísimas que me regaló, con ustedes, también quiero que queden en el ciber espacio en caso de que a mi papelito le pase algo. Bueno, decía más o menos así, porque en vivo y en directo cambió unos detallitos.
Irreal, así es el carácter de nuestro ensueño juntos, sonido a mar, a túneles solares, piano, a velas blancas sobre un tren, el más lento del mundo.
Un sueño tangible, irreal de lo espacial, real de lo medular, moldeable, indefinido, diferente, real, real, inicialmente nocturno, con arena entre los dientes como azúcar en yogur.
Besos.
Pelo de vodka de frutilla, no importa que sea un champú de frambuesa más barato. Besos musicales.
Me evoca una silla en medio de la calle, un algodón de azúcar salvaje, que me aprete fuerte a sus colorantes, intenso beso. Mi lengua debe pedirle permiso a esos dientes guardianes para entrar en su boca y abrir sistema solar entre nuestros besos, planetas, estrellas, que se mueven de boca en boca. La aspereza de su lengua es como besar un helado de pasas al ron. Después del helado un sabor a zapallo.
Después del cigarro un sabor a eternidad, que se mantiene en mi boca. Juego con su pelo, me acaricia las palabras nuestros besos son conversaciones y nuestros abrazos son la realidad, nuestro único enemigo es el tiempo.
Un viaje distinto en el que cada vez se aprende algo nuevo.
Mirar el mar desde la biblioteca, besarnos entre los estantes de la sección novelesca.
Fumar, tomar vino o un café juntos. Partidas de damas con el Carlos y el Horst, la Vale de vez en cuando.
Gritar desde los miradores ¡Perra culiá! Meternos al mar una noche helada.
lunes, 20 de octubre de 2014
RE: Tensión
Respirar hondo, abrazar a alguien, siempre ayuda, pero no soluciona.
Convérsalo, desahógate, cuéntale a tus amigos. Cuando tienes un problema atrapado en el pecho, se siente inmenso y terrible. Aplasta. Cuando lo cuentas, le das forma con tu boca. Tu voz, moldea los límites de tus inquetudes y es ahí cuando te das cuenta, que no era ni tan inmenso, ni tan terrible.
Convérsalo, desahógate, cuéntale a tus amigos. Cuando tienes un problema atrapado en el pecho, se siente inmenso y terrible. Aplasta. Cuando lo cuentas, le das forma con tu boca. Tu voz, moldea los límites de tus inquetudes y es ahí cuando te das cuenta, que no era ni tan inmenso, ni tan terrible.
martes, 14 de octubre de 2014
Tensión
¿Han sentido una tensión que los paraliza? Es como que tu corazón estuviera envuelto en miles de coles. O que te tragaste una pena tan tan grande, que quedó atrapada en tu esófago. Tal vez es una bomba de ansiedad, que explotó en mi pecho comprimiéndolo todo, sin dejarme espacio para respirar ni para sentir. Algunas veces, cuando la alegría es grande, se me olvida, cuando el cariño me invade y siento esas cosquillitas agradables, también se me olvida. A veces, me olvido de mí y se me olvida. Al abrazarte lo suficientemente fuerte, se me pasa, por eso te abrazo tan fuerte, por eso te gustan mis nervios. Pero el resto del día me toca vivir con mi tensión. Con esa sensación inexplicable de algo no está bien. Ojalá los sentimiento se pudieran vomitar, como cuando mi ignorancia me da ganas de vomitar. Podríamos tener un solucionador de problemas de windows, para ahorrarnos todas las citas al psicólogo, aunque probablemente, funcionaría igual de pésimo que ese solucionador de problemas que jamás me arregla el internet. Finalmente, esto es sólo una larga explicación de por qué no escribí una entrada decente, es la tensión, amiguitos de blogspot, la que no me dejó escribirles algo bonito.
martes, 7 de octubre de 2014
Del cielo 1
"Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, Dios bendiga a mami, Dios bendiga a papi, que me hagan una niña buena, amén". Una noche, cada noche, todas las noches.
No sé si había cielo, probablemente, blanco, quizá hasta estaba la virgencita grande que estaba en esa pieza grande.
Luego, cuando era chica, los adventistas me hablaron del cielo. Hacían estos diarios murales suavecitos, de no sé qué tela, donde colocas las figuras con alfileres. Alguna vez uno fue del cielo. Me dijeron que el cielo era de oro, casas de oro, calles de oro. Que nadie se lo robaba, obvio, los ladrones no se van al cielo. ¿Para qué quieres oro en el cielo?¿Para qué?. Yo siempre pensé, a mí me gusta más la plata, es más bonita. Pero nunca me pareció apropiado plantearle la idea a un adventista.
Se supone que todos están en el cielo, salvo quizás el tipo de la casa patronal que hizo pacto con el diablo. Raro, algo no calza, no todo el mundo se puede ir al cielo.
Si hay infierno o no, depende, los adventistas decían que no. No había cielo o infierno sino que vida o muerte. No debes mencionarle eso a mi abuelita, católica conservadora.
El tema siempre se reniega, se evita, para efectos prácticos, todo el mundo te mira desde el cielo, o en su defecto, es una especie de energía mística.
Ahora que soy adulto joven, toda la gente me habla desde su prisma agnóstico. "No sé si hay algo", "energías en vibración", son palabras comunes. Yo pienso que es tibio, cómodo, tal vez. Nadie se preocupa por esas cosas ahora.
Lo más crudo fue cuando él me dijo que no creía que hubiera nada. Muerte simplemente, implacable, igualitaria. Un vacío terrible, no creer en nada. Qué valiente y triste, pensé.
Para mí, como chilena, nieta de católicos, nieta de mormones, criada en colegio adventista, ha sido un tema siempre patente en mi vida, pero nunca tratado, como buen dogma, siempre está ahí, no para ser cuestionado, sólo siendo parte. Es quizás por esta mezcla que surgen en mi cabeza estos temas.
La gente se sorprende de que yo siendo tan poco católica haga cosas tan cristianas. Sigo orando cada noche, todas las noches, aunque con los años la oración se volvió personal, distinta. Hace algunas noches la oración había sido distante, dubitativa. Ahora volvió, tal vez, se quede.
Para finalizar, yo no sé si creo, ¿creo?¿creo por fe?¿por costumbre?¿por comodidad?¿porque es correcto?¿porque quiero creer? lo que sé es que no es un tema que quiera dejar pasar.
Te veo en el cielo corazón.
No sé si había cielo, probablemente, blanco, quizá hasta estaba la virgencita grande que estaba en esa pieza grande.
Luego, cuando era chica, los adventistas me hablaron del cielo. Hacían estos diarios murales suavecitos, de no sé qué tela, donde colocas las figuras con alfileres. Alguna vez uno fue del cielo. Me dijeron que el cielo era de oro, casas de oro, calles de oro. Que nadie se lo robaba, obvio, los ladrones no se van al cielo. ¿Para qué quieres oro en el cielo?¿Para qué?. Yo siempre pensé, a mí me gusta más la plata, es más bonita. Pero nunca me pareció apropiado plantearle la idea a un adventista.
Se supone que todos están en el cielo, salvo quizás el tipo de la casa patronal que hizo pacto con el diablo. Raro, algo no calza, no todo el mundo se puede ir al cielo.
Si hay infierno o no, depende, los adventistas decían que no. No había cielo o infierno sino que vida o muerte. No debes mencionarle eso a mi abuelita, católica conservadora.
El tema siempre se reniega, se evita, para efectos prácticos, todo el mundo te mira desde el cielo, o en su defecto, es una especie de energía mística.
Ahora que soy adulto joven, toda la gente me habla desde su prisma agnóstico. "No sé si hay algo", "energías en vibración", son palabras comunes. Yo pienso que es tibio, cómodo, tal vez. Nadie se preocupa por esas cosas ahora.
Lo más crudo fue cuando él me dijo que no creía que hubiera nada. Muerte simplemente, implacable, igualitaria. Un vacío terrible, no creer en nada. Qué valiente y triste, pensé.
Para mí, como chilena, nieta de católicos, nieta de mormones, criada en colegio adventista, ha sido un tema siempre patente en mi vida, pero nunca tratado, como buen dogma, siempre está ahí, no para ser cuestionado, sólo siendo parte. Es quizás por esta mezcla que surgen en mi cabeza estos temas.
La gente se sorprende de que yo siendo tan poco católica haga cosas tan cristianas. Sigo orando cada noche, todas las noches, aunque con los años la oración se volvió personal, distinta. Hace algunas noches la oración había sido distante, dubitativa. Ahora volvió, tal vez, se quede.
Para finalizar, yo no sé si creo, ¿creo?¿creo por fe?¿por costumbre?¿por comodidad?¿porque es correcto?¿porque quiero creer? lo que sé es que no es un tema que quiera dejar pasar.
Te veo en el cielo corazón.
jueves, 2 de octubre de 2014
El cigarrito
Te sujeto entre mis dedos, con ansiedad.
Te toco con mis labios, apenas.
Te toco con mis labios, apenas.
Te beso, te enciendes de pasión.
Un romance de cinco minutos.
Un romance de cinco minutos.
Compartimos el mismo aire.
Contigo veo un mundo distinto.
Contigo veo un mundo distinto.
Tú te vas por completo y un pedacito de mí se va contigo.
Nuestro amor siempre tuvo hora de término.
Aún te siento dentro de mí.
De ti sólo quedan las cenizas, y el recuerdo.
De ti sólo quedan las cenizas, y el recuerdo.
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